¿Qué son las conservas?

conservas

Una de las formas clásicas de conservar los alimentos que se consiguen de una cosecha, ha sido realizar conservas. Todo un clásico en los pequeños pueblos agrícolas españoles, que nos ha enseñado durante mucho tiempo que no necesitamos de conservantes químicos para disfrutar de los alimentos de proximidad todo el año.

Al final, una conserva no es más que una forma de ralentizar el proceso de oxidación o descomposición de un alimento, para conseguir durante más tiempo que se mantenga en buen estado y sea comestible, además de que mantenga sus cualidades nutricionales, sabor y textura.

Además de los clásicos tarros que seguro has visto en la despensa de tu abuela, si te fijas en tu despensa hay muchas formas de conservas en la tuya, y es que España es el primer productor de conservas del mundo, además de que son un imprescindible en el consumo diario.

 

¿Qué tipo de conservas existen?

Secar o deshidratar los alimentos

Muy común en la fruta, se elimina al máximo la hidratación de los alimentos para que los microorganismos o bacterias no penetren en él. En el caso de la fruta, no pierde los nutrientes de esta.

Salar los alimentos

La sal actúa de antiséptico protegiendo el alimento de factores externos. Este método de conservación es muy frecuente sobre todo en carnes o pescados, como por ejemplo el bacalao salado.

Ahumar los alimentos

El humo consigue además de deshidratar y destruir gérmenes que pueda haber en el alimento, un efecto antimicrobiano que consigue mantener el alimento, además de darle un sabor muy característico. Se utiliza mucho para carnes y también es común en quesos.

Embotellar o enlatar alimentos al vacío

Esta es la técnica que comentamos anteriormente, que ha sido muy utilizada tradicionalmente por su facilidad y su versatilidad, ya que se puede realizar con cualquier alimento.

Esta técnica consiste en crear un vacío en el envase en el que se vaya a realizar la conserva y calentar el alimento para destruir los microorganismos que puedan existir en él, además al crear un vacío, los nuevos microorganismos no pueden acceder, por lo que se conservará durante mucho más tiempo.

Añadir azúcar

Normalmente utilizado con frutas para hacer mermeladas. Con el azúcar se consigue evitar la oxidación y mantener la firmeza de la fruta. Normalmente este tipo de conservación se suele envasar en tarros de cristal, en los que se consigue hacer vacío, como el método anterior, para alargar más aún su conservación.

Encurtir los alimentos

Esta forma de conservar los alimentos consiste en añadir vinagre y salmuera, y normalmente se utiliza con algunos vegetales como zanahoria, pepinillos o pepinos, aceitunas, cebollas… el agua y el vinagre mantienen alejados los microorganismos y dan un sabor muy característico a los alimentos, y además son un aperitivo muy buscado.

Congelar o refrigerar los alimentos

Estos métodos más modernos han llegado hasta nuestros días gracias a los avances tecnológicos, pero sin duda nos ha dado muchas posibilidades a la hora de cocinar y conseguir alimentos más económicos.

La congelación o refrigeración mantiene los alimentos dependiendo de su temperatura. Si bajamos la temperatura de los alimentos hasta 3 grados conseguiremos mantenerlos comestibles durante 3 o 4 días. Al reducir la temperatura hasta los -6 grados podemos conservarlos durante 3 meses y si la bajamos por debajo de -18 podremos almacenar el alimento hasta 1 año.

Conservación química

Esta forma de conservación es mucho más económica y fácil para las grandes industrias, por eso es una de las más utilizadas. Se utilizan compuestos químicos que consiguen destruir las bacterias del alimento para mantenerlos durante más tiempo.

Esta forma de conservación debería de ser una de las más evitadas ya que los compuestos químicos que se utilizan tienen efectos nocivos en nuestra salud a largo plazo, aunque es cierto que algunos compuestos químicos tienen procedencia natural.

 

Aunque en el Asador City Wok de Cádiz buscamos siempre los alimentos más frescos para nuestros platos, creemos en las formas naturales de conservación de los alimentos.